miércoles, 23 de febrero de 2011

Ningún título con la palabra clandestino

El pasado mes de mayo la Sociedad Deportiva Correcaminos, con la presencia de Abel Antón, presentó la trigésimo primera edición de la Maratón Popular de Valencia que se iba a celebrar el veinte de febrero de dos mil once. No fue ninguna sorpresa pues las treinta ediciones anteriores se habían organizado en febrero y casi siempre el tercer domingo. A partir de ese momento se abrieron las inscripciones y empezaron a visitar las distintas ferias tratando de captar corredores con el afán de conseguir que el censo del maratón de Valencia se incrementase y así aumentar su prestigio y renombre.

El pasado mes de septiembre la Sociedad Deportiva Correcaminos, con la presencia de Abel Antón, convocó a la prensa para notificar que la trigésima primera edición de la Maratón Popular de Valencia no se iba a celebrar en febrero sino en noviembre del año siguiente ya que, después de treinta años y medio, se acababan de dar cuenta de que noviembre era muchísimo mejor mes, dónde iba a parar. En febrero había que pelear con Sevilla, Barcelona y Madrid mientras que en noviembre sólo está San Sebastián, así que, para poder captar más corredores, noviembre sin dudar. Y se quedaron tan anchos.

¿Qué había ocurrido realmente? El ayuntamiento de Valencia, en la persona de su concejal de Deportes, Cristóbal Grau (a partir de ahora tendré que empezar a decir presuntamente y presunto de manera continua no se me vayan a crujir) se había comprometido de manera presunta con Correcaminos a patrocinar el maratón y a conseguir más patrocinadores. Llegado septiembre no hay un duro (ni presunto ni por presumir) en las arcas y presuntos patrocinadores hay uno o ninguno. El presunto Grau cita a Correcaminos y le dice que el maratón se pasa a noviembre. Correcaminos le responde, presuntamente, que eso es imposible y no sólo por la tradición (dile a Berlín y a Nueva York que les vas a cambiar la fecha), sino porque ya hay gente inscrita, la mayoría presuntos extranjeros con hotel y vuelo reservado, aparte de que toda la organización ya está en marcha. El presunto Grau, echando mano de su capacidad de diálogo, dijo entonces, presuntamente, que estos mis tegumentos, presuntos, que noviembre o noviembre, que las lentejas son así y al que no le guste, dos piedras. Y como el que paga manda pues Abel Antón al estrado a tratar de endulzarnos la presunta rueda de molino que nos teníamos que tragar.

El pasado veinte de febrero se celebró en Valencia un maratón. No fue el trigésimo primero popular sino el primer Maratón Clandestino. Organizado (o, mejor dicho, no organizado) por Pepo, un antiguo directivo de Correcaminos, unos trescientos cincuenta corredores quedamos y salimos a dar una vuelta. La distancia era lo de menos, como la competición. Sin pancartas, sin gritos, salimos y corrimos. ¿Qué conseguimos? No lo sé. Nada, supongo. Éramos cuatro gatos, no hemos tenido repercusión ninguna, en el cauce del río nos difuminamos completamente, nada va a cambiar. Al final no deja de ser el derecho al pataleo, la propia satisfacción de dar rienda suelta a cierto inconformismo, a cierta rebeldía. El maratón será en noviembre y lo correremos. Votar ya sabemos a quién no vamos a votar pero no somos los corredores un grupo de presión que podamos derribar gobiernos (afortunadamente, por otra parte). Podemos quedarnos con el buen rato que pasamos junto a muchos amigos, algunos corredores, otros que se han pasado al sumo. Y con la satisfacción de saber que, si se ríen en nuestra cara, si nos pinchan, todavía sangramos. Todavía.

9 comentarios:

Arual dijo...

Y lo a gusto que os quedastéis?? Que no nos quite nadie el derecho al pataleo!!

Álex dijo...

Enhorabuena. Tenéis que estar orgullosos de haber salido a protestar, aunque nadie os hiciera caso. La mayoría de la gente se habría limitado a hacer un grupo en Facebook.

el Sr. Skywalker dijo...

Se me está ocurriendo una forma de darle en los morretes al Sr. Grau. Presuntamente, eso sí.
Lo tengo decidido y sé que le va a fastidiar mucho. Se va a arrepentir toda su vida de la cacicada de cambiar la fecha de la Maratón.
Va a ser sonado. Se le van a quitar las ganas de ofender a los deportistas de esta ciudad.

No voy a correrla. Hala.

Ya me puede esperar en noviembre que no pienso aparecer por el Paseo de la Alameda.
Que se fastidie.

Otra vez se lo pensará antes. Amos, anda.

GARRATY dijo...

Según la báscula de mi baño, 78 Kgs. Pienso mantenerte al día de mis progresos y a Gebresselasie pongo por testigo de que el día 20 de noviembre estaré en la salida del maratón (Paco, por si cambias de opinión, no es en la Alameda) por debajo de los 72. He dicho.
Estuvo bien el tema de la Clandestina. Mi parte progre se emocionó al oír a Labordeta, aunque solo las cien primeras veces. Al menos tuvimos excusa para rodar un rato juntos. El máquina fue cabeza de carrera todo el tiempo que quiso y Carmelo aguantó con Vicente en un maratón.
Ahora a por la de verdad, la de los Asaltacaminos.

Alex Maladroit dijo...

Pero cómo haber tanto 'pufismo' en la Comunitat, ¡cómo!.

El Impenitente dijo...

Pues yo no debo ser muy progre porque a mí el Labordeta me parece (es mi opinión) un tostonazo de jaque mate. Entre el Manu Chao, el Labordeta y la Nacha Guevara berreando lo de "Yo te nombro, libertad" estuve en un tris de tirar al canal al de la megafonía.

Veo, Garraty, que ya te has cansado de ser un semidiós en ciertos países. Pues nada, la báscula y tú, mano a mano. Y que no te hablen ni de la dieta de la alcachofa ni de la dieta Dukan. La dieta Filípides es la mejor. No falla nunca.

Carmona, creo que Grau está al borde del colapso. Se lo merece, no hay duda.

¿Pufismo en la Comunitat? Hombre, en todas partes cuecen habas pero aquí, desde luego, a calderadas.

Anónimo dijo...

joer, pues sí que os habéis puesto chulitos, disputando maratones con la Behobia...pues yo que tú seguiría corriendo en el de Donosti...que les den ;)
Jaramiel

El Impenitente dijo...

A ver, Jaramiel, que te veo despistada. La Behobia es la Behobia (veinte kilómetros) y el maratón es más del doble y en tu pueblo creo que se celebra dos semanas después.

Y la Behobia es otro de mis motivos para odiar al presunto pues el maratón lo han puesto una semana después y ya no podré correr la Behobia a tope. Supongo que me pegaré a los que vayan a uno treinta y me dedicaré a disfrutar del paisaje y del ambiente. Igual ahora me gusta más.

Anónimo dijo...

Tienes razón, para mí todo es correr y echar el bofe; espero que no trascienda mi patinazo con la Behobia, básicamente porque más de uno me incordiaría un rato con mi craso error (entre ellos mi querido esposo, que la corre. Me ha prometido que en nov. 2013 nos vamos a NY)
Buen fin de semana,
Jaramiel